A fines de los setentas del siglo XX nace un movimiento regional por la defensa de la tierra, movimiento que tiene su mayor auge hasta la primera mitad de los ochenta cuando inicia su declive.
Los comuneros organizados de Milpa Alta fue un grupo cuyo poder de convocatoria tuvo eco en la mayoría de los pueblos de la delegación pero que no logró su objetivo principal: la confirmación y titulación de sus bienes comunales.