Por: Raymundo
Flores Melo*
Hasta
tiempos muy recientes, los investigadores de la historia de Milpa Alta, han
repetido hasta la saciedad datos que tienen poco sustento documental, dejando
de lado la critica a las fuentes para construir la historia local. Tal
parecería que después de repetir cinco, diez o más veces esos relatos se
convirtieran en verdad irrefutable. Para muestra basta citar dos nombres, que
algunos dicen pertenecieron a gobernantes de Malacateticpac[1],
mientras otros afirman que dichos epítetos designan un tipo de cargo:
Hueyitlahuilli y Hueyitlahuilanque.
En
documentación de primera mano, tanto en el Archivo
General de la Nación, así como en los documentos de la propiedad comunal no
se encuentran mencionados dichos apelativos, inclusive no es usada la palabra
momoxco para referirse a la población que hoy día es Milpa Alta. En tanto, se
dejan de lado a los viejos que, según los mismos documentos comunales, ganaron
la tierra: Francisco Acaltecatl, Diego Taxayacachicutzi, Lucas Texocpaltecatl,
Miguel Guaxochimantzin, Diego Texohuellacatzin, Luis Axaxayacatzin, Francisco
Guayxcatecatl, Miguel Yuauyeyecatzin, José Atonaltzinyautepoztecatl[2].
Pero
eso sí, gracias a las narraciones sustentadas en una aparente tradición oral,
tenemos una escultura de Hueyitlahuilli como parte del Paseo Escultórico en la entrada de San Francisco Tecoxpa y un Centro de Enseñanza y Alto
Rendimiento Momoxco en San Pedro Atocpan, sin olvidar a
Hueyitlahuilanque, emblema de la jefatura
delegacional, cuyo origen se remonta a la manufactura de un logotipo para la
feria regional en 1939, obra del profesor Fidencio Villanueva Rojas, y que fue
oficializado como símbolo de la delegación a principio de la década de los
ochenta del siglo pasado[3].
Los
datos sobre estos personajes provienen de un pequeño libro que recibe el nombre
de la Fundaciones de los Pueblos de
Malacachtepec Momoxco[4]. Que si bien tiene
hechos concordantes con otras fuentes documentales, no resiste un análisis
puntual, pues parece ser un escrito realizado por encargo para enaltecer el
origen y sustentar el derecho de propiedad de uno de los pueblos de la
demarcación.
Debemos
preguntarnos qué sucedió en los años cincuenta del siglo XX que diera como
resultado la publicación en 1953 de este libro, además indagar sobre la
identidad de la persona o personas que hicieron posible su redacción.
Los
errores más notorios son los siguientes: La mención del barrio de Los Ángeles,
último de los barrios formados, dándole carácter fundacional, así como la
presencia del pueblo de San Agustín Ohtenco[5]
que es el pueblo más joven de la región.
Una
buena parte de los milpaltenses sabe que hubo cuatro barrios en lo que hoy es
la Asunción Milpa Alta, las llamadas cuatro secciones. Santa Marta, San Mateo,
La Concepción y Santa Cruz, y que después surgieron San Agustín, La Luz y Los
Ángeles. La información anterior está sustentada tanto en el mapa de 1690 como
en el de 1870 y en los documentos de la propiedad comunal donde no es
mencionado el noveno pueblo comunero, es decir, San Agustín Ohtenco.
Si
bien, generaciones pasadas trataron de dar una historia a su tierra, es tiempo
que los nuevos milpaltenses hagan una revisión de la misma para corregir
aquello falto de verdad y reconocer a esos indios olvidados que ganaron la
tierra para los comuneros y comuneras de Milpa Alta.
*Miembro del
Consejo de la Crónica de Milpa Alta
y vecino del barrio de la Concepción.
Octubre de 2014.
[1] Nombre que con algunas variantes aparece en documentos antiguos para
designar lo que hoy en día es Milpa Alta.
[4] GODOY RAMÍREZ, A. Fundaciones de los pueblos de Malacachtepec
Momoxco. México, Editor Vargas Rea, 1953, 31 pp. Cabe acotar que de
este libro se hicieron 75 ejemplares y que uno de ellos fue depositado en
librería de la Universidad de Texas.