Por: Raymundo Flores Melo
Es
complicado hablar de la Asunción Milpa Alta[1] como
pueblo, pues su historia esta relacionada con lo que actualmente es la alcaldía
de Milpa Alta, formada por doce comunidades.
A la
llegada de los españoles a la región, el 29 de julio de 1529[2] se
funda la ermita de Santa Martha Zolco, dando origen a lo que será considerado
el primer asentamiento y barrio. De forma posterior se establecen las otras
tres secciones: San Mateo, La Concepción y Santa Cruz.
De
ellas, la que tenía mayor extensión territorial era la tercera sección, la cual
se subdividió debido a rencillas internas[3],
surgiendo, de está manera, los barrios de San Agustín, La Luz y los Ángeles,
haciendo un total de siete, a los que – a decir de algunos vecinos - se debe
agregar el de San Marcos.
La
advocación principal fue Santa María de la Asunción, por ser el 15 de agosto de
1536 – según la tradición - cuando se bautiza a los naturales y se les da
posesión de sus tierras[4],
tierras que han jugado un importante papel en la historia e identidad de los
milpaltenses.
Sobre
el origen del monasterio de la Asunción[5], los
documentos de la propiedad comunal nos hablan, a finales del siglo XVI, de una
gran escases de agua en la región, y que
la única fuente de abasto eran los pozos de Tecómitl y Nochcalco; debido a lo
cual, los franciscanos, que eran los encargados de la evangelización, junto con
los naturales, inician la búsqueda del agua.
Las
acciones resultaron infructuosas hasta que un indio de Tláhuac, llamado Miguel
Telles se compromete a encontrarla. Después de un arduo recorrido llegan al
Tulmiac. Miguel, llama al cerro y sale una mujer muy linda a la que invita a
venir a La Milpa[6], la
que a su vez llama a sus hermanos el teguanatl y el totoatl. Al final, la mujer
dice que sí, que vendrá a La Milpa y ordena construir un jagüey.
Con
el depósito terminado – según el relato
que aparece en los documentos comunales -, un día por la mañana, el
padre guardián, ve a una mujer de pelo largo peinándose a la orilla del jagüey.
El religioso se acerca y la mujer desaparece. A media noche se vuelve hacer
presente y le pide al fraile decir una misa en el lugar, además de buscar un
sitio para la construcción de una iglesia.
El
fraile manda traer los ornamentos para la liturgia y, al día siguiente, empieza
a brotar el agua por tres diferentes puntos. El lugar fue bautizado como San
Juan Tulmiac.
A los
pueblos cercanos de San Antonio Tecómitl, San Juan Ixtayopan y Santigo
Tulyehualco se les invitó para ayudar en la construcción de la zanja por donde
pasaría la cañería que llevaría el vital líquido a la Asunción. Hoy día todavía
puede verse parte de ese antiguo canal – renovado en 1886 y 1907[7] - que surtió a la población milpaltense hasta 1934,
año en que entra en funcionamiento el acueducto de Monte Alegre.
El
lugar apropiado para la realización del templo, lo encuentran en el paraje llamado
Chicomostoc. Con el paso del tiempo, la mujer linda de los documentos comunales
se transforma en la virgen de la Asunción, patrona de La Milpa y sus sujetos.
Para
1643[8], la
Asunción-Milpa Alta se convierte en cabecera de doctrina, encargada de los
pueblos: San Pedro Atocpan[9], San
Pablo Oztotepec, San Francisco y San Lorenzo Tlacoyucan[10].
Las
ocupaciones de los cuatro primeros barrios, hasta la primera mitad del siglo
XX, estaban bien definidas:
Una
buena parte de los pobladores de Santa Martha se dedicaba a la elaboración de
pan, en especial de cocoles. A los habitantes de esta primera sección se les
decía pancuitlaxtin[11].
Para la elaboración de sus productos ocupaban leña de aile y de madroño[12], “en razón de que estás calientan más. Solo si
no hay esta (leña de aile o de madroño) se compra leña de ocote”[13].
Los
de San Mateo vendían carne cruda y cocida, tanto de cerdo como borrego, en
forma de carnitas y barbacoa[14]. Para
la cocción de la carne usaban leña de aile y de abeto[15]. Ellos
eran conocidos como los nahuales, hecho que ha propiciado que dicha sección sea
simbolizada por un burro, uno de los animales preferidos para la transformación
de estos seres.
Los
habitantes de la Concepción se dedicaban a la producción y venta de lo que
salía del bosque, actividad de donde nace su mote de cuauhtzilinque[16] o cuaulaso,
en tanto, los de Santa Cruz hacían lo propio con la raíz del zacatón, ha ellos
se les denominaba como cuauhtzopachtli[17].
Algunas
de las festividades más importantes de Villa Milpa Alta son: la fiesta patronal
del 15 de agosto y las de cada uno de los barrios:
Santa
Martha / 29 de julio
San
Mateo / 21 de septiembre
La
Concepción / 8 de diciembre
Santa
Cruz / 3 de mayo
San
Agustín/ 28 de agosto
La
Luz / es movible
Los
Ángeles / 2 de agosto
Además
de la Candelaria (2 de febrero), Semana Santa, el Carnaval – que inicia el
domingo de resurrección -, las Posadas, la peregrinación al Santuario del Señor
de Chalma (3 al 10 de enero), y la de la Villa de Guadalupe (13 enero).
Sin
duda, la historia de la Asunción está ligada de manera íntima al maíz, el
pulque y el nopal, ya que fueron los productos del campo que ayudaron a los
milpaltenses a darle de comer a sus familias, a progresar en lo económico y dar
educación a sus hijos. Es importante no olvidar que la tierra, tanto su
trabajo, como su defensa han ayudado a proteger nuestra cultura, nuestra
identidad.
Julio de 2019.
[1] En la
actualidad es conocida como Villa Milpa Alta y es cabecera de la alcaldía.
[2] GODOY
RAMÍREZ, A. Fundaciones de los pueblos de
Malacachtepec Momoxco. México, Editor Vargas Rea, 1953, p. 25
[3]
Existe un cuento narrado por el profesor Artemio Solís Guzmán, llamado “Los siete pelos del diablo” que explica
como se formaron los tres barrios más
recientes.
[4] GODOY
RAMÍREZ, A. Op. cit., p. 29
[5] FLORES
MELO, Raymundo. En la Milpa Alta.
Historias y crónicas. México, SEDEREC, 2016, pp. 85-89
[6] La
Milpa era el nombre que se le da a Milpa Alta en varios documentos del siglo
XVI y XVII.
[7]
DDF-Dirección de Aguas y Saneamiento. Acueductos
de Monte Alegre. México, Imprenta Mundial, 1934, pp. 39 y 40
[8] GERHARD,
Peter. Geografía Histórica de la Nueva
España 1519-1821. México, UNAM, 1986, p. 253
[9] De
manera posterior lograría ser Asistencia y cabecera.
[10] VETANCURT,
Agustín de. Teatro Mexicano.
Descripción breve de los Sucesos ejemplares Históricos y Religiosos del Nuevo
Mundo de las Indias. México, Porrúa, 1982, p. 75
[11]
FLORES ARCE, Concepción. Xochime’
Narraciones inéditas. Obra Póstuma. México, Atoltecayotl, 2018, p. 74
[12] SILVA
GALEANA, Librado. “Vida cotidiana en
Santa Ana Tlacotenco”. En Tlalocan, Revista de fuentes para el conocimiento
de la Cultura Indígena en México, XI:179, IIH, UNAM, 1989.
[13]
Ibíd., p 183
[14]
Ibíd., p. 179
[15]
Ibíd., p 183
[16] FLORES
ARCE, Concepción. Op. cit., p. 76
[17]
Información proporcionada por don Artemio Solís Guzmán.