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sábado, 28 de diciembre de 2013

LUZ JIMÉNEZ FRENTE A LA LENTE DE TINA MODOTTI.

Doña Luz Jiménez - sus rasgos esenciales -, fue representada por varios de los artistas postrevolucionarios tanto en murales como en pinturas de caballete y esculturas, convirtiéndose en una especie de ícono de la mexicanidad, en el ideal de la mujer india que el nacionalismo revolucionario trataba de rescatar. 

La milpaltense Julia Jiménez González, en la segunda mitad de la década de los veinte del siglo pasado, posó ante la fotógrafa italiana Tina Modotti al lado de su pequeña hija Concha. Estas son algunas de esas imágenes.

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 Madre e hija, 1926.
Autor: Tina Modotti.


 Luz y Conchita, 1926.
Autor: Tina Modotti.
 


 Luz Jiménez e hija, 1926-1927.
Autor: Tina Modotti.


Niño (sic) amamantándose, 1926-1927.
Autor: Tina Modotti.


 Niña amamantándose, 1926-1927.
Autor: Tina Modotti.


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domingo, 18 de agosto de 2013

EL MAPA DE 1870 DE LA PROPIEDAD COMUNAL DE MILPA ALTA.


Por: Raymundo Flores Melo*

En 1824 es creado el Distrito Federal para ser sede de los Poderes de la Unión. Después de promulgada la Constitución de 1857  la entidad es reorganizada en cinco partes: I. Municipalidad de México, II. Prefectura de Guadalupe Hidalgo, III. Prefectura de Tacubaya, IV. Prefectura de Tlalpan y V. Prefectura de Xochimilco[1].

Para 1870, San Pedro Atocpan y San Pablo Oztotepec, eran dos municipalidades independientes de la de Milpa Alta, aunque pertenecientes a una misma prefectura[2]. Por siglos ambas comunidades habían pertenecido a una sola entidad territorial, pero una nueva organización administrativa las separaba de la que había sido su cabecera desde la época virreinal. 

La propiedad comunal - su historia - los unía, así como los problemas limítrofes, de tal manera que los comuneros de Oztotepec  pidieron al Archivo General y Público de la Nación realizar una copia de los títulos de composición y del mapa de la propiedad comunal de Milpa Alta. 

Para ello los naturales de La Milpa presentaron “para su glosa y compulsa” dichos documentos de composición y un mapa antiguo pintado al óleo, que en aquella época medía un metro ochenta y nueve centímetros de longitud, por un metro cuarenta y seis centímetros de latitud[3].

El trámite, arriba mencionado, tuvo como resultado la expedición un nuevo mapa, más pequeño que el anterior, el día 16 de julio de 1870.  En él se pueden observar las diferentes mojoneras de la propiedad comunal de Milpa Alta, empezando en el volcán Teuhtli y continuando, hacia el oriente, rumbo al Yeteco; así como la localización de los diferentes pueblos y barrios que conformaban La Milpa.

En la parte superior del documento a color, se lee como título: MAPA DE LA MILPA I SUS TIERRAS MILPAN CHIMALLI EL REI NUESTRO SEÑOR QUE DIOS GUARDE.   Al lado derecho, en un recuadro, está representado el rey Felipe II, monarca español que dotó de estas tierras a los indios de la  demarcación.

Bajo el título un ovalo donde está pintada una india hincada que lleva en sus manos una palma y una corona[4]. Frente a ella, entre árboles y nubes, se encuentra una virgen de pelo largo, vestido blanco y manto azul.

En su parte central se encuentra el convento de la Asunción de María, dentro del cual se pueden observar a varios frailes franciscanos catequizando a los naturales, así como la extensión que ocupaba el huerto. 

Compartiendo el centro del mapa está una fuente, dónde llegaba el agua proveniente del Tulmiac, frente a ella, la escena de una crucifixión, en el lugar que ahora ocupa la iglesia de “La Lupita” y que en el mapa llaman El Calvario. En la plaza se ven varios hombres montados y a pie, además de un toro.

Alrededor de la iglesia se distribuyen los cuatro primeros barrios de la Asunción Milpa Alta, a saber: Santa Marta, San Mateo, La Concepción y Santa Cruz. También están presentes construcciones como la iglesia de San Agustín y la que llaman de Porciúncula (actual templo de Nuestra Señora de La Luz), y El Calvario[5], más otras ermitas que no se han localizado como la de Guadalupe[6] y la de San Juan[7]

Luego tenemos a los pueblos: Tecomic, San Francisco Tecospa, San Gerónimo, Tepenahuac, Santana, San Lorenzo, San Pablo Oztotepec, San Bartolomé y San Pedro Atocpa[8]. Es de notar que en el mapa de 1870 no aparece el pueblo de San Salvador Cuauhtenco, comunidad con la que Milpa Alta y sus sujetos[9] han tenido, a lo largo de su historia, varios conflictos por la propiedad de una parte del bosque.

Los linderos proporcionados por el mapa, yendo en dirección oriente son: 1.Teuttitlan[10], 2.Yetecco, 3.Ttlaquehpa, 4.Maxolco, 5.Noxcalco, 6.Coyotl yatlian, 7.Tecpayocan, 8.Tettexalco, 9.Cuauhinanco, 10.Cuauttetepontitlan, 11.Xalcoyoco, 12.Noxnamacoyan, 13.Cohatla y yecac, 14.Tohin yapan, 15.Acualtzinco, 16.Nepanapa, 17.Yquipala, 18.Ttetexallo, 19.Ocotzocuauyotoc, 20.Olollicque, 21.Otlayucan, 22.Guardatitlan, 23.Chichinaucyo, 24.Tulmiac, 25.Ttetzaqualuca, 26.Otlayoyotzin, 27.Attlicayotzin, 28.Zacapetzinco, 29. San Bartolomé, 30.Tetlixculco y 31.Mexcalco[11].

Justo en la parte que toca al Tulmiac -  el número 24 - se encuentra representada la aparición de la virgen de la Asunción, patrona de Milpa Alta, escena que hace relación de la búsqueda del agua en la que participaron los franciscanos, de cómo la virgen hace manar agua y llenar el jagüey que había mando construir para surtir del vital líquido a La Milpa y, a su vez, ordenar se diga una misa e inicie la búsqueda de un lugar para edificar su templo[12].

También apreciamos varias actividades cotidianas de los pueblos: como la utilización de agua de los pozos de Tecomitl, las mulas cargadas de leña que bajan del monte, así como un arriero transportando alguna mercancía. De igual forma está representado un hombre que se dirige a su tierra de labor, que aquel que lleva leña en sus brazos, el que transporta un cántaro de agua a su espalda, o aquel que está cazando con un arma de fuego, o el que está parado en su solar, además cuatro españoles con sombrero montados a caballo.

A parte de toros, mulas y caballos, es decir, de ganado mayor, la fauna presente está conformada por un águila posada en un árbol dentro de la huerta del convento. En las estribaciones del bosque vemos lo que pudiera ser una jauría de coyotes - a la altura de Tlacotenco -,  un jabalí, un oso y un felino que bien puede representar a un puma, internándose un poco más encontramos un venado. Hay además, cinco aves volando en los límites de la parte sur del bosque.

Existen también otros personajes que se destacan por su indumentaria: un guerrero vestido a la usanza prehispánica y a varias personas en la plaza y otras en la periferia del asentamiento, llevando como parte de su atuendo prendas tanto del tipo indígena como español, portando también bastón de mando y sombrero. 

Son dignas de mención las diferentes acciones que llevan a cabo los franciscanos, además de catequizar y aprender la lengua mexicana o náhuatl, los encontramos en los atrios de algunos templos y haciendo recorridos por parte de la geografía del lugar.

Sin duda, el mapa de 1870 es un documento que nos brinda importante información de Milpa Alta y de sus límites territoriales, además de sorprendernos por la belleza pictórica que encontramos en cada uno de sus detalles. Sería interesante hacer una comparación entre este y el mapa de 1690 y poder apreciar aquellos detalles que se le escaparon al copista de finales del siglo XIX.

Agosto de 2013.
*Miembro del Consejo de la Crónica de Milpa Alta
y vecino del barrio de la Concepción


[1] GARCÍA CUBAS, Antonio. Geografía e historia del Distrito Federal. México, Instituto Mora, 2004, pp. 9 y 10
[2] La prefectura de Xochimilco estaba integrada por “ocho Municipalidades, Xochimilco, Milpa Alta, Tlahuac, Hastahuacán, Tulyahualco, Ostotepec, Actopan y Mixquic”, cita tomada de Geografía e historia del Distrito Federal de Antonio García Cubas, p. 10
[3] Estas medidas están asentadas al reverso del mapa de 1870 y firmada el 19 de julio por Juan de Dioz Domínguez
[4] Atributos de la virgen de la Asunción. Ver: http://teuhtli.blogspot.mx/2012/04/una-mirada-la-virgen.html
[5] Este calvario es el que se encuentra en San Antonio Tecómitl un poco antes de la deportiva del pueblo antes mencionado.
[6] Según el mapa esta al sur de la iglesia de San Mateo.
[7] Al este de la iglesia de San Bartolomé Xicomulco.
[8] En el nombre de los pueblos se usa la escritura de como aparecen en el mapa de 1870.
[9] Hoy llamados pueblos comuneros y en los que se incluye a San Agustín Ohtenco.
[10] El Teuhtli que es la mojonera donde iniciaban y terminaban los recorridos de linderos de la propiedad comunal de Milpa Alta.
[11] Se respeta la escritura presente en el mapa. Para abundar en cuanto al Yeteco y las cuevas de Mexcalco, véase: http://teuhtli.blogspot.mx/2012/07/tres-linderos-mexcalco-teuhtli-y-yeteco.html

sábado, 20 de julio de 2013

EL ZAPATISMO EN MILPA ALTA. DEL CHICHINAHUTZIN AL ZÓCALO.


Por: Raymundo Flores Melo*.

Recordar es vivir. Frase que bien puede aplicarse al libro El zapatismo en Milpa Alta. Del Chichinautzin al Zócalo. La presencia de los hombres y mujeres del campo, así como de los partícipes de la gesta armada, llamada revolución mexicana, se deja sentir a lo largo del libro. Tanto en unos, como en otros, se hace patente la búsqueda de un ideal: la restitución de las tierras despojadas, es decir, la lucha por el bien de una colectividad; ya sea tratándose de personajes con liderazgo regional, como el precursor de la lucha por la tierra, Julio López Chávez – originario de Chalco -, o bien un coronel zapatista o una persona común y corriente.

Han pasado más de cien años del inicio de la revolución, ya han muerto sus participantes, sin embargo, en muchos de los pueblos del centro-sur de nuestro país todavía quedan algunas personas en cuyas memorias se recrean estos hechos y los heredan con orgullo a sus hijos, algunos valiéndose de la oralidad, otros de un medio más moderno como es la grabadora.

Cuando una gente interesada en la historia de su pueblo, en su “historia matria", se topa con estos hallazgos, es difícil que no los comparta. Este es el caso que ahora nos ocupa.

En su trabajo como cronista el profesor Manuel Garcés Jiménez[1]  se ha encontrado con un sin fin de datos, con muchas historias de vida, pequeñas narraciones y documentos que ahora forman parte de un libro, libro que se suma felizmente a otros más que hablan sobre el zapatismo en el sur del Distrito Federal.

En El zapatismo en Milpa Alta. Del Chichinautzin al Zócalo, el profesor Manuel Garcés, a partir de unos textos y entrevistas con la gente anciana, reconstruye – valiéndose de estos testimonios - lo que pudieron ser los caminos que los campesinos de la región seguían rumbo a la Ciudad de México para vender su mercancías.

“…la señora Teresa Chavarría Flores, nativa de San Antonio Tecómitl, quien nació en el año de 1918, recuerda que cuando tenía 5 años llegaba con su familia al embarcadero de Ixtayopan para navegar en la enorme canoa que se deslizaba suavemente por las tranquilas aguas provenientes de Amecameca, continuando por las orillas de la ciudad de aquellos años también conocido como ‘Canal de la Viga’ y desembocando las aguas hasta Santa Anita, por donde ahora se encuentra el Metro ‘Santa Anita’. Medio de transporte por donde mucha gente de Milpa Alta salía huyendo por los estragos que causaba la Revolución[2].

Pero no sólo eso, enriquece su trabajo al localizar una grabación con una entrevista realizada al profesor Quintil Villanueva Ramos sobre su hermano, el coronel zapatista Timoteo Villanueva, donde se da relación de la forma de actuar de estos revolucionarios después de la muerte del caudillo suriano y de cómo los generales zapatistas pasan a las filas del obregonismo, en tanto, que los de menor jerarquía realizan una serie de trabajos  humildes y mal pagados para poder sobrevivir.

“… al verse esa gente a reconcentrarse a la capital y ver la pobreza en que vivían, muchos jefes zapatistas, generales, coroneles y capitanes también comenzaron a desertar, muchos de ellos se vinieron a la capital, aquí  pues trabajaron unos de albañiles, otras de cargadores, otros vendían leña en los mercados, otros vendiendo fruta en las calles, de tal manera que Don Everardo González cuando buscaba (decía) donde está fulano, ‘¿dónde está el general fulano?, no está el coronel’, ya unos desertaron, ya se fueron, ‘¿a dónde se fueron?’ a México, ´bueno, y en México qué hacen?’, y les decían el oficio que desempeñaban, ‘hay que gente, si yo los llegara a encontrar, los mandaba a descansar para siempre…’ pues esa desbandada… entonces, esa desbandada también se generalizó…”[3]

No puede dejar de mencionarse el hallazgo de un documento, en el registro civil de Milpa Alta, donde se da fe de la incursión que hizo  el general Genovevo de la O a esa comunidad el 29 de marzo de 1920, con cuatrocientos hombres armados; zacapela que duró de las cuatro de la tarde a las ocho de la noche y cuyo saldo fue la quema de la Comandancia de policía y de las cajas de petróleo que se utilizaba para el alumbrado público[4].

Igualmente encontramos la manera en que se plantea la promulgación del Plan de Ayala por el incumplimiento de Francisco I. Madero, así como la ratificación del mismo en San Pablo Oztotepec, el 19 de junio de 1914, ratificación necesaria ante la caída del maderismo y la instauración de Vitoriano Huerta en la presidencia de la república. 

Aunado a lo anterior, están las historias relativas a los dos Everardo González, a Pánfilo Cabello (“el general Ayate”), la generala Soraya y una larga lista de los revolucionarios de Milpa Alta y pueblos aledaños.

El zapatismo en Milpa Alta. Del Chichinahutzin al Zócalo, editado bajo el sello de Quinto Sol, es un libro recomendable para todo aquel interesado en el movimiento zapatista y la historia de Milpa Alta en lo particular, pues proporciona datos poco difundidos que incrementarán el saber de este periodo histórico.

*Miembro del Consejo de la Crónica de Milpa Alta.


[1] Manuel Garcés Jiménez nace el 24 de diciembre de 1948 y desde muy joven se interesa por el rescate de la historia de su comunidad. En 1970 es publicado, en el periódico El Día, su primer artículo, dedicado a la aparición de San Antonio de Padua en el paraje Tecontitla de su pueblo natal. En 1979 inicia su carrera docente, tanto de secundaria como de bachillerato. En 1992 es uno de los ganadores en el concurso “Historias de mi pueblo” como resultado a su labor de rescate de la historia local. A lo largo de buena parte de su vida se ha dedicado a hacer crónica sobre los pueblos de Milpa Alta y sus alrededores.
[2] GARCÉS JIMÉNEZ, Manuel. El zapatismo en Milpa Alta. Del Chichinautzin al Zócalo. México, 2013, Quinto Sol, pp. 15 y 16
[3] Ibíd. p. 66
[4] Ibíd. pp. 55 y 56