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martes, 3 de abril de 2012

EL MOVIMIENTO COMUNAL DE MILPA ALTA.


LA RUPTURA DE LOS COMUNEROS ORGANIZADOS
Por: Raymundo Flores Melo*

A la par de la tensión social, causada por la toma de la delegación y la represión contra parte de la comunidad milpaltense, el movimiento comunal se radicaliza. El delegado Umberto1 Navarro seguía firme en su puesto, pese a que el grueso de los comuneros creía que su salida era inminente, sobre todo por la cobertura que varios periódicos le habían dado a sus nexos con los taladores, Daniel Chícharo y la Compañía de Papel Loreto y Peña Pobre y, claro, después de la gran movilización del día martes 12 de junio de 1979, que conmocionó a los nueve pueblos comuneros.

Los “chicharistas”, que así llamaba la gente a los seguidores de Daniel Chícharo Aguilar, seguían con sus actitudes intimidatorias, sobre todo, cuando encontraban a algún miembro del movimiento comunal, lo golpeaban e incluso varias personas requirieron de servicios médicos por las contusiones recibidas. Pero el ánimo combativo de la gente continuaba, e incluso, de manera simbólica, en el mes de agosto del setenta y nueve se realizó la quema de un enorme diablo o judas que representaba al delegado y a la corrupción. La calle Oaxaca en el barrio de la Concepción fue nuevamente el escenario. En esos días de movilización se podía ver en el puente de la calle Guanajuato el asedio constante de patrullas de policía, policía montada, agentes de gobernación y cuatro carros de granaderos. Ese día vio marchar a cientos de personas por las calles Oaxaca, Guanajuato y Yucatán llevando un féretro de cartón y estructura de madera que representaba al delegado; las mujeres llevaban velas encendidas y escobas que representaban, con un dibujo al frente, a cada uno de los chicharistas que de forma alegórica acompañaban al festivo cortejo. El ataúd fue lanzado a la barranca que se encuentra a un lado de los lavaderos públicos del barrio de la Concepción. De la figura de cartón dieron cuenta la pólvora y el fuego para mayor alegría de la concurrencia.

Milpa Alta estaba en movimiento, los ojos, de una buena parte de los organismos campesinos a nivel nacional, la observaban a través de los diarios que daban nota de lo que ocurría en torno a ella y, en un momento dado, existió el consenso de que durante los días 12, 13 y 14 de octubre de 1979 realizara el Primer Encuentro de Campesinos Independientes2. En este encuentro las organizaciones campesinas, de diferentes estados de la república, se reunieron para encontrar un camino para resolver sus problemas y, al mismo tiempo, les sirvió a los comuneros milpaltenses para interrelacionarse con varios dirigentes y dar al movimiento una proyección nacional.

Este encuentro campesino fue organizado y financiado por los habitantes de los nueve pueblos comuneros de Milpa Alta, pues su solidaridad fue grande; los días previos al arribo de los delegados podían verse llegar a sus oficinas: jarros de barro, platos, cobijas, petates, cucharas; diversos granos para preparar alimentos como maíz, fríjol, arroz, café, azúcar, mole en polvo, etc. Las señoras, las mujeres de Milpa Alta, dieron su tiempo y esfuerzo en la preparación de alimentos durante los tres días del encuentro que tuvo verificativo a un costado de la iglesia del barrio de la Concepción (calle Hidalgo). En ese lugar se veía un templete, frente al cual se enfilaban un gran número de vigas de madera que sirvieron como asientos a los concurrentes, destacándose en el sitio un gran mural, realizado por la Escuela Nacional de Artes Plásticas sobre fibra de vidrio, en donde sobresalían las representaciones de doña Herminia Gutiérrez Valencia y Teodoro Alvarado González comuneros originarios del poblado de San Lorenzo Tlacoyucan3.

La presión a la Reforma Agraria, por parte del movimiento comunal, se incrementó a tal grado que en 1979 se inicia el levantamiento del censo comunal como paso previo para que esta dependencia lance una convocatoria con miras a elegir nuevo Representante de Bienes Comunales de Milpa Alta. Hombres, mujeres, niños son registrados en el padrón, familias enteras que habían luchado por la protección de su tierra, todos son reconocidos como comuneros derechosos. El censo, lo hacen los mismos comuneros, casa por casa, en compañía de las autoridades agrarias. El proceso parecía desarrollarse de manera adecuada para los comuneros, sin embargo, surgen varios hechos que alteraron una solución recta y pacífica al conflicto: uno  que hizo enardecer a la gente y otro que quitó fuerza al movimiento.

Primer hecho. Era tal el apoyo de las autoridades locales hacia los “chicharistas” que el 21 de noviembre de 1979 se sintieron capaces de violentar la casa que servía como oficina a los comuneros. El propio Daniel Chícharo junto con Juan “El Negro” y Laureano Iturbe, pistola en mano, aprovechando la oscuridad de la noche, penetraron en la casa del profesor Raymundo Flores Aguilar, en donde a parte de su esposa e hijo, se encontraban un pequeño grupo de comuneros quienes, al percatarse del hecho, emprendieron la defensa de la casa. Varios comuneros resultaron golpeados en esta irrupción, entre ellos Concepción Jiménez, Juan Miramón y Graciana Romero. Los intrusos llegaron hasta la parte alta de la construcción pero la valentía del señor Ángel Jiménez Galindo, junto con otros comuneros, impidió que hicieran daño a la familia. Daniel Chícharo y su acompañante fueron lanzados del lugar dejando sus vehículos  abandonados (un Volkswagen sedan blanco, placas 531-BBP, y un automóvil Dodge Dart negro, matrícula 441-AYP).

 Segundo hecho. El problema se presenta en la dirigencia del movimiento. Uno de los cientos de comuneros de Villa Milpa Alta, que trabajaba como empleado en la delegación Benito Juárez, asistió al Hotel de México a un acto convocado por el titular de dicha demarcación. Como estaba un poco aburrido, empezó a deambular por los salones de dicho hotel. Para su sorpresa encontró en uno de los restaurantes al profesor Aquiles Vargas Alvarado platicando con Daniel Chícharo. Posteriormente, esta vez una comunera, vio a Aquiles Vargas, Umberto Navarro y a Daniel Chícharo saliendo juntos de un restaurante sobre la avenida Insurgentes.   Fue un duro golpe, pues mientras en Milpa Alta, los comuneros habían sido agredidos por los antorchistas (chicharistas), en el centro de la ciudad se reunían los hombres que hasta ese momento representaban dos propuestas encontradas. El primero, la defensa de la tierra comunal que fue legada por los antiguos milpaltenses y, los otros, la tala, el enriquecimiento personal, la compra de autoridades: la corrupción.

Estas personas, lo comentaron, en un primer momento, con los comuneros a quienes tenían mayor confianza y después, con el apoyo de otros miembros del movimiento, lo expusieron en asamblea. El enfrentamiento interno fue duro, hubo recriminaciones de todo tipo.

Tercer hecho. Ninguno de los otros lideres comunales tenía noticia de tal entrevista – o al menos eso dijeron la mayoría – y ese encuentro fue tomado como una traición del profesor Vargas que hasta ese momento había sido considerado como cabeza dirigente. Cabe hacer notar que el profesor Aquiles siempre, en asamblea, negó tales hechos. Pero el punto de ruptura se había dado y con ello el inicio del debilitamiento de los Comuneros Organizados.

Por el lado de Aquiles Vargas se alinearon: Carlos López Ávila, Galdino López Flores, Estanislao García, los hermanos José y Francisco García, Joaquín Galindo, Adelfo Leyva, además de Francisco Chavira Sevilla, Pablo Alarcón, este grupo se autodenominó COMA. La parte escindida estuvo formada por Raymundo Flores Aguilar, Herminia Gutiérrez Valencia, Teodoro Alvarado, los hermanos Gabriel y Fidel Jiménez Gutiérrez, entre otros conservaron integro el nombre de la agrupación. Las dos posiciones desde principios de los años ochenta se hicieron irreconciliables, ya que unos no podían perdonar la traición y para los otros parecía que se alejaba su capital político de negociación. La eventual candidatura priísta a diputado federal de Aquiles Vargas Alvarado se les iba, poco a poco, de las manos.

Estando divididos, la Reforma Agraria convoca a la elección de Representante Comunal, pero esa reunión no se hace de manera abierta, sino que los funcionarios agrarios se encierran en el Salón Santa Cruz con Daniel Chícharo y su gente. El lugar estuvo rodeado de granaderos y gente externa que tenía como finalidad golpear a cualquier comunero que se acercara a exigir sus derechos.

* Miembro del Consejo de la Crónica de Milpa Alta
 y habitante del Barrio de la Concepción de la misma delegación,
1 No es falta de ortografía. Este delegado así escribía su nombre.
2 Este encuentro fue el que dio origen a la CNPA.
3 Posteriormente estas dos personas serían electas como representantes comunales auxiliares por San Lorenzo Tlacoyucan, cargos que ostentan hasta la actualidad.